Según datos de páginas web como VisionOfHumanity, Expansión , Monitoreamos o Statista justificadas con datos extraídos del FMI, el Banco Mundial o de institutos nacionales de estadística; el país del que hablamos tiene un bajísimo nivel de vida, poca capacidad para generar negocio y un alto índice de corrupción. Sin embargo, ¿siempre se ha dado esta situación?
Venezuela en 1900 salía de un período de inestabilidad política marcado por guerras civiles y conflictos armados conocidos como las Guerras Federalistas y enfrentó el bloqueo naval de las potencias europeas (bloqueo naval de Venezuela) en respuesta al incumplimiento del servicio de la deuda externa. Dicho país dependía en gran medida de la exportación de productos agrícolas y minerales y la inversión extranjera, especialmente en el sector petrolero, por lo que empezaba a mostrar signos incipientes de desarrollo por este ala.
Hacia la gran depresión de 1929, Venezuela experimentó un impacto menos significativo en comparación a otros países. A pesar de ello, los precios del petróleo cayeron, disminuyeron los ingresos y las importaciones y se produjeron ajustes económicos y políticos.
No fue hasta la década de 1930 donde comenzó la era petrolera en Venezuela, la cual experimentó un crecimiento significativo y se convirtió en el pilar fundamental de su economía, dando pie a un fuerte periodo de éxodo rural y masivas migraciones internas y externas. El PIB per cápita llegó a cuadriplicarse, los precios se estabilizaron y se incrementó la capacidad de generar negocio gracias a la entrada de capital y a la llegada de inmigrantes lo cual atrajo inversión extranjera. Sin embargo, esto contribuyó a la dependencia económica de Venezuela en el petróleo, creció la desigualdad social por la mala distribución de la riqueza y la corrupción política.La explotación petrolera no se había traducido en una mejora significativa en las condiciones de vida del país, lo cual se evidencia en el retraso relativo de la esperanza de vida y el índice de alfabetización.
Entre 1930 y 1950 el nivel de importaciones per cápita se incrementaron hasta seis veces y se afianzó la tendencia monoproductora. Con la reforma de la ley de hidrocarburos de 1943 y la introducción de la ley del impuesto sobre la renta en 1942, los impuestos a la actividad petrolera se convirtieron en la primera fuente de ingresos fiscales aportando 60 por 100 del total en 1950.
La década que le sucede está dotada de una mayor estabilidad política y económica dirigida por el presidente Marcos Pérez Jiménez, quien estableció un gobierno autoritario y represivo donde se limitaron las libertades civiles prohibiendo los partidos políticos y restringiendo la libertad de expresión, aunque también llevaron a cabo programas de modernización y desarrollo económico.
Esto nos muestra la falta de transparencia en el ámbito político por estos gobiernos que, por los abundantes ingresos de la industria petrolera, tenían acceso a considerables recursos financieros contribuyendo a la falta de diversificación económica.
Hacia 1960 el PIB per cápita fue reduciéndose significativamente pues se llevó a cabo la nacionalización de la industria del petróleo, Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), se implementaron políticas para destinadas a promover otros sectores económicos y así diversificar la economía venezolana y reducir la dependencia del petróleo, se realizaron inversiones significativas en infraestructura, incluyendo carreteras, energía eléctrica y telecomunicaciones para modernizar el país y se llevaron a cabo reformas agrarias para abordar las desigualdades en la tenencia de tierras y mejorar la situación de los agricultores.
Los problemas para Venezuela llegaron en la década siguiente, más concretamente en 1971 con la primera crisis del petróleo donde su PIB per cápita alcanzó un mínimo de 516111111,1 dólares; aun así era el segundo país más rico de la región detrás de Argentina. Tras el inicio de la crisis, los precios del petróleo experimentaron un aumento significativo debido a factores como la Guerra del Yom Kippur en 1973. Este aumento de precios generó un "boom" petrolero inicial para Venezuela, ya que los ingresos por exportación de petróleo se dispararon.
La bonanza petrolera permitió al gobierno realizar inversiones significativas en infraestructura y programas sociales y, a medida que los ingresos petroleros aumentaban, Venezuela también comenzó a tomar préstamos significativos en los mercados internacionales de capital. Esto llevó a un endeudamiento considerable que tendría consecuencias en las décadas posteriores.
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